Los hámsters son unos animales muy populares, sobre todo entre los niños. Son fáciles de cuidar y son muy cariñosos, pero a veces pueden enfermarse. ¿Cómo saber si tu hámster está enfermo?
Los hámsters son animales muy activos, así que si tu hámster está inactivo y apático, es posible que esté enfermo. También puedes fijarte en su aspecto: si está perdiendo el pelo, si tiene las orejas caídas o si sus ojos están hinchados, es posible que esté enfermo.
Otro signo de que tu hámster está enfermo es si está comiendo menos de lo habitual. Si tu hámster deja de comer o beber durante un día o si tiene diarrea, es posible que esté enfermo.
Si crees que tu hámster está enfermo, lo mejor es llevarlo al veterinario lo antes posible. El veterinario podrá diagnosticar la enfermedad y prescribir el tratamiento adecuado.
¿Cómo se ve un hámster enfermo?
Los hámsters enfermos pueden tener un aspecto muy pálido y enfermizo. A menudo se les ve con el pelo erizado y apelmazado, y pueden tener ojos enrojecidos y/o secreción nasal. También pueden estar muy quietos y sin energía, y pueden perder el apetito.
¿Qué pasa cuando un hámster se queda quieto?
Si un hámster se queda quieto es posible que esté enfermo. Cuando un hámster está enfermo suele estar quieto y no querer jugar. Si tu hámster está quieto y no quiere jugar, deberías llevarlo al veterinario.
Los hámsters son animales muy sensibles a las enfermedades, por lo que es importante estar atento a cualquier cambio en su comportamiento o aspecto. Si notas que tu hámster está más tranquilo de lo habitual, que no come bien o que tiene diarrea, puede que esté enfermo y deberías llevarlo al veterinario.
